martes, 17 de marzo de 2009
Breve Historia de Egipto. Parte II.
jueves, 16 de octubre de 2008
La llegada de los judíos a la Península Ibérica
Desde el punto de vista literario, ésta pregunta no aparece en “Crónicas Generales de España” por Alfonso X “El Sabio” ni en la continuación de estas de 1272, pero sí en su refundición de este mismo año, de autor anónimo, lo que nos da que pensar que pudieran estar manipuladas. Ésta refundición fue redactada en el siglo XV en Toledo, una de las ciudades con más judíos de toda la Península Ibérica.
Surge en esta época, además, la llamada “literatura apologética” donde los autores cristianos escribían contra la religión judía y los judíos contra la cristiana. Se trataba de que se pudiera demostrar que los primeros judíos se establecieron antes del año 70 a.C (la destrucción del segundo templo de Jerusalén).
Se empezaron a difundir documentos falsos entre la población, entre ellos, estos ejemplos:
- Se decía que los judíos llegaron en las naves de Salomón, cosa difícil, puesto que en las naves de éste viajaban fenicios y no judíos
- Algunos rabinos decían poseer cartas de sus antepasados preguntando a sus parientes porqué habían crucificado a Cristo, lo que demostraría que ellos estaban en la Península antes de la crucifixión de Cristo. Ésto podría ser verdad, pero es difícilmente demostrable porque lo que los rabinos decían conservar no son mas que copias manuscritas de las susodichas cartas, por lo que este testimonio no es válido.
- Otro de los argumentos que se sostenía era que en el libro de Abdías, del Antiguo Testamento se leen las consonantes SFRD (se conoce que en hebreo no se escriben las vocales) que se podría traducir como “Sefarad” que era como se llamaba a Hispania entre los judíos. Aquí es donde se cree que venían las naves palestinas a llevarse marfil, cosa difícil, puesto que aquí no hay ni ha habido nunca elefantes. En cambio sí podría ser traducido como “Sefaris” (actualmente Kenia) donde sí hay elefantes.
- También como documento se esgrimió una carta donde los judíos de Plumberia
anunciaban la visita de Alejandro Magno a Hispania. Esto demostraría que los judíos estaban en la península antes de la crucifixión de Cristo, cosa de la que los acusaban.
Éstos son solo algunos de los documentos que se alegaban para argumentar que los judíos ya estaban en la península antes del siglo I d.C, pero la primera inscripción en hebreo que se conserva es del siglo III d.C en Agra (Almería).
Aunque hay otros documentos más fiables, como por ejemplo la lápida trilingüe (en latín, hebreo y griego) de Tortosa, dónde descansa un niño, se puede leer en hebreo “Su espíritu sea para la vida eterna” una inscripción poco común en aquella época. Estos sarcófagos con inscripciones hebreas se encuentran desde el siglo I a.C hasta el siglo II d.C, por lo que no es concluyente.
Hay que tener muy en cuenta que en Hispania en la baja Edad Media el mayor enemigo que tuvieron los judíos fueron los judeoconversos (judíos convertidos al cristianismo) y viceversa. Hay numerosos procesos de la inquisición donde voluntariamente se presentan judíos para denunciar a judeoconversos, por lo que la pregunta de “¿Cuándo llegaron los judíos a la Península Ibérica?” es tan solo un pretexto para la expulsión y las conversiones forzosas, porque no está demostrado que los judíos llegaran antes del año 70 a.C pero tampoco se ha demostrado que llegaran después. Además, en los reinos de la Península es en el único lugar donde se planteó esta pregunta seriamente.
Adaptación por Penélope Esteve de una clase de la asignatura “Cultura hispanohebrea” impartida por el profesor Carrete Parrondo.
miércoles, 8 de octubre de 2008
Paréntesis.
Mitología egipcia.
Aunque en el anterior artículo dije que continuaría con el siguiente fragmento de la historia de Egipto, quiero hacer un pequeño paréntesis y hablar un poco de mitología egipcia, ya que es un tema que me interesa especialmente. No pretendo profundizar en el tema, sólo explicar el origen del mundo según esta cultura, mencionar los nombres de algunos dioses y comentar sus esferas de influencia más importantes.
Al principio todo era caos (¿os suena?) y de allí surgieron Nun, el océano primordial, y Ben Ben, la montaña primigenia. Atum (cuyo nombre significa a la vez "totalidad" y "nada") surgió por sí mismo de Nun, se posó sobre Ben Ben y, con su saliva o, en algunas versiones, con su esperma, engendró a la pareja Shu, el aire, y Tefnut, la humedad. Estos, a su vez, engendraron a Nut, el cielo, y a Geb, la tierra. De la unión de Geb y Nut nacieron cuatro hermanos gemelos: Osiris, Isis, Seth y Neftis, que contrajeron matrimonio entre ellos (Osiris con Isis y Seth con Neftis).
martes, 16 de septiembre de 2008
Breve introducción al Blog
Después de este excelente artículo sobre la historia más antigua de Egipto, creo que es el mejor momento para exponer ante los (escasos) lectores de este humilde blog nuestras motivaciones para la creación de este diario internauta.
En primer lugar, la ilusión de compartir espacio en internet con personas que están interesadas por las mismas cosas que nosotras. Por desgracia, la história es una de esas disciplinas ignorada contínuamente por un grán número de personas, por diversas razones que en este momento no vienen al caso. El caso es, que viendo el desinteres general que nos envuelve en relación a este hecho, pensamos que un blog era la mejor manera de encontrarnos con gente interesada por la historia.
En segundo lugar, dónde se suelen dar las clases de história es en las aulas, y no todo el mundo es un buen receptor en estos lugares. Por ello empezaremos con la historia que nos gusta a nosotras (cada una en su estilo) pero estamos siempre abiertas a cualquier sugerencia sobre un tema, nos esforzaremos para complaceros. Además, puesto que las horas lectivas que se dedican a esta disciplina en los institutos nos parecen insuficientes para explicar todas las variantes que dan como resultado hechos históricos, este blog tratará la historia en pequeñas dósis, pero siempre exhaustivas, puesto que no queremos marear al lector con demasiados datos.
En tercer lugar, además de exponer lo que sabemos, estaremos encantadas de que cualquier lector se anime a enviarnos cualquier artículo sobre el tema que desee (siempre relacionado con la historia, por favor). Lo que queremos de este blog es que sea un intercambio de opiniones, acercamientos y, por supuesto, historias.
Tras este breve comentario, espero que nuestras siguientes entradas os gusten.
Un saludo
Penélope y Tatiana
martes, 26 de agosto de 2008
Breve Historia de Egipto.
El Valle del Nilo entre los años 3.300-2.700 a.C.
Dentro de un marco natural en el que los cambios climáticos acabaron produciendo la desertización de la mayor parte del territorio, se produjo la evolución de una civilización sujeta al capricho de las crecidas del río Nilo. Todos los veranos, a partir del mes de junio aproximadamente, un limo oscuro cubría y fertilizaba las tierras de las orillas del río y hacía que prosperase la agricultura. Imaginemos un gran valle cubierto de cultivos y de frondosa vegetación rodeado de un inmenso desierto por todos sus costados: ese es el paisaje del que dependían los antiguos egipcios. Sin embargo, este desierto era, en parte, una bendición, pues proporcionaba protección contra las invasiones (aunque no por eso se libraron de ellas) y abundantes riquezas minerales (alabasto, oro, cobre, turquesas, jaspe, lapislázuli...). Todas estas riquezas, que se iban incrementando a medida que Egipto conquistaba nuevos territorios, sirvieron para que esta civilización nunca se viera aislada. Egipto era un lugar de cruce de culturas entre África y el Oriente Medio (Mesopotamia y Siria) y entre el Mediterráneo y Nubia, en el ecuador africano.
La cultura faraónica empezó con pequeños asentamientos que basaban su vida en la adaptación al río. La última fase prehistórica de esta zona es el nagadiense o cultura de Nagada (3.300-3.100 a.C.) dividida, a su vez, en varias subfases. En la fase Nagada III se produjeron tres cambios importantes que ya anunciaban el característico Egipto Antiguo: la urbanización, la jerarquización extrema de la sociedad con la aparición de auténticos soberanos y la adopción de una misma cultura por parte de todo el territorio. Las primeras grandes aglomeraciones empezaron a surgir en el sur, como por ejemplo Abydos, Nagada, Coptos y Hierakómpolis. Esta última presenta los primeros rasgos de arquitectura monumental, entre los que destaca la tumba del mítico "Rey Escorpión".
También la cultura de Nagada vio emerger los nombres de los faraones que formaron la "dinastía O", con los que entramos ya en periodo histórico. Los textos más antiguos indican a un tal Menes como primer faraón, pero entre el supuesto reinado de los dioses y el de este primer rey existe una lista de monarcas considerados semidivinos: Ka, Narmer y Aha. Todos aparecen siempre identificados con Horus, en escenas de triunfo sobre sus enemigos o acompañados de atributos reales como la maza o el puñal. Sin embargo, se considera que la completa unificación de Egipto se produjo bajo el reinado de Menes.
A partir del año 3.100 a.C. empieza la "época tinita", que abarca unos 400 años y en la que se desarrollan las dos primeras dinastías. En este momento, el faraón ya está considerado la piedra angular del sistema ideológico, que queda conformado definitivamente. La escritura comienza su expansión mientras que la arquitectura monumental de ladrillo se extiende por las ciudades. De esto se deduce que el Estado estaba ya centralizado y era bastante eficaz. No obstante, es poca la información que queda de las dinastías I y II.
Aún así, se sabe que los conflictos eran bastante frecuentes por la abundante cantidad de escenas de guerra representadas, hecho que no fue un impedimento para que la institución faraónica fijara sus rasgos principales. El faraón ostenta el poder supremo, que es de naturaleza divina y se manifiesta en su titulatura. El título del soberano consta de tres nombre (cinco en época clásica): el nombre de Horus, que convierte al rey en heredero terrenal de los dioses; el de rey del Alto y del Bajo Egipto, que le otorga la soberanía sobre todo el país; y el de las "dos señoras", es decir, las diosas buitre y cobra, que también representan el norte y el sur. Sólo aquel que posee el nombre de Horus puede reinar y este nombre sólo pasa del faraón a uno de sus parientes masculinos, normalmente un hijo.
Además, también se establecieron entonces los atributos reales: la barba postiza, el cetro con el extremo curvo, el látigo, la doble corona, la maza y el puñal. Como heredero de los dioses, el faraón dirigía el mundo de acuerdo con las leyes que estos dictaban, ya fuera en el terreno económico, político, social o religioso. Para ello contaba con un enorme número de funcionarios en los que delegaba parte de su poder: los escribas, el visir, los cancilleres, los tesoreros, los embajadores y un largo etcétera.
Como es bien sabido, esto no hubiese sido posible sin el uso de la escritura. Los primeros textos egipcios datan aproximadamente del año 3.200 a.C. y se trata de paletas con dibujos y símbolos. Es posible que escribieran también en materiales que no han soportado el paso del tiempo, como el papiro. Egipto pasó un corto lapso de tiempo entre un sistema basado en dibujos a otro que usaba signos que se correspondían con un sonido. Pronto empieza a haber una dualidad (funcional y formal) entre la escritura usada con fines religiosos y la usada para otros menesteres. Sin embargo, en estos primeros momentos, formada por palabras sueltas o yuxtapuestas o por una sucesión de títulos y nombres, la escritura aún no refleja una sintaxis desarrollada, por lo que es más correcto hablar de "protoescritura".
Por último, las primeras manifestaciones de arte se encuentran, sin duda alguna, en las emergentes construcciones monumentales y en las moradas para los muertos hechas de ladrillo. Un ejemplo muy característico lo encontramos en las necrópolis de Abydos y Saqqarah, donde se encuentran las tumbas de los faraones de las dinastías I y II. Son las famosas mastabas de planta cuadrangular, cuyas paredes estaban decoradas con escenas de la vida de los difuntos y en cuyo interior también se encontraron esculturas y objetos que formaban el ajuar funerario: vajillas de marfil, joyas, recipientes de cristal, utensilios de cobre, muebles, juegos de mesa, etc. Al final de la época tinita empiezan a aparecer las construcciones de piedra en los edificios más importantes, pero aún eran escasas porque la piedra era un material costoso que no todo el mundo se podía permitir. Las demás manifestaciones artísticas que se han conservado son las esculturas y los bajorrelieves hechos de materiales diversos, como la piedra caliza, el alabastro, el cobre, el marfil, el oro... y que dan fe de las habilidades de los artesanos.
Ya en el año 2.700 a.C. y hasta el 2.200 a.C. se desarrolla el Imperio Antiguo, en el que las protagonistas son las dinastías III-VI. Pero eso en el próximo capítulo.
Tatiana Navarro Gimeno.